La cerámica y la alfarería en México surge desde miles de años antes
del periodo precolombino, cuando el arte de la cerámica y la alfarería
se desarrollaron con las primeras culturas y civilizaciones avanzadas de
Mesoamérica. Con alguna excepción, las vasijas prehispánicas no estaban
vidriadas, sino más bien pulidas y pintadas con colores de engobe.
El torno de alfarero era desconocido; las piezas estaban realizadas por
medio de moldes, colombín y otros métodos.
Después de la conquista
Española, las técnicas y los diseños europeos se fueron introduciendo y
mezclándose con las tradiciones nativas.
Las piezas muestran la gran
capacidad de expresión, y el dominio técnico.
Si eres un viajero te
recomendamos aprovechar cada rincón de México y llevar alguna pieza de
barro como souvenir. Qué mejor que compartir un poco de este cachito de
la tierra de México en un espacio de la casa o la oficina, recordando
nuestras raíces de arcilla y nuestro color de barro.
Aparte de los
hermosos y bellos diseños que tiene.