Vidrio soplado

Vidro soplado

En México contamos, entre nuestros recursos naturales, materiales vítreos, tales como el cristal de roca y el vidrio volcánico, mejor conocido como obsidiana. Éste último es el que nuestros antepasados emplearon principalmente para la producción de armas como lo son las puntas de fleca, navajas, cuchillos y, así mismo, para la creación de objetos ceremoniales, espejos y joyería. Durante la conquista de México, muchos se vieron en la necesidad de aprender la manufactura del vidrio por parte de los españoles en el siglo XVI.
Con los años, la fabricación de vidrio en México se convirtió en una sólida fuente de ingresos. El primer vidriero en México fue Camilo Ávalos Raso, quien en 1889 fundó en las calles de Carretones, en Puebla, un taller de vidrio soplado. Gracias a su hijo, Odilón Ávalos, el vidrio soplado llegó a Jalisco, permitiendo la proliferación de factorías de vidrio soplado, especializados en la fabricación de envases para tequila.
El vidrio se ha utilizado en innumerable cantidad de aplicaciones, sin embargo, en México, los artistas han un sentido diferente a las formas “refinadas” del vidrio, para crear piezas que satisfagan tanto necesidades como gustos por la decoración, entre otras. Hoy puedes encontrar gran variedad de artesanías en vidrio soplado entre las calles de Tlaquepaque, tierra de artesanías, en Jalisco.